Crisis de los alimentos y ausencia de políticas

Vivimos en el mundo una crisis de producción de alimentos por distintas causas, la más preocupante es la falta de agua que va desertificando (degradación ecológica del suelo fértil para convertirlo en desierto), otras causas las guerras, y por supuesto las económicas.

Venezuela es una tierra bendecida por Dios, ya que tiene todo lo necesario para vivir, desarrollarse y ser país líder en calidad de vida, posee recursos naturales, excelente clima, tierras y solo le falta un buen gobierno que se enfoque en la gente y su prosperidad.

De la situación actual y de los datos presentados por el Banco Mundial se lee que Venezuela es el tercer país con mayor inflación alimentaria ya que posee el país una de las inflaciones más altas del mundo, y se advierte que unas 345 millones de personas en 82 países padecen de inseguridad alimentaria, un margen en el que la vida de los individuos puede considerarse incluso en riesgo a raíz de la hambruna, por otro lado la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ) indica que en América Latina y el Caribe la población en inseguridad alimentaria grave o moderada pasó de 31,7% en 2019 a 40,6% para el cierre de 2021 y a su vez la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) aplicada en Venezuela en 2021 se advertía que casi 60% de la población venezolana sufría de inseguridad alimentaria moderada o grave. Solo 5,8% de los hogares venezolanos se consideraban libres de algún tipo de inseguridad alimentaria.

Hemos visto como Irán tendrá 1 millón de hectáreas para producir sus alimentos en Venezuela, y sin entrar en el análisis de esta situación que no es objeto de este artículo, precisar que los venezolanos requerimos de una política pública que garantice esa seguridad alimentaria, que pasa por cerrar el paso de contrabando de alimentos, sin seguro a la producción y sin créditos se hace riesgosa la actividad agrícola, de ahí que la producción de urea debe tener por destino prioritario el campo venezolano y no la exportación, recuperando la cadena de suministros

Pero si el parque automotor ha envejecido desde el 2014, la situación de la maquinaria agrícola corre en igual condición de desactualización tecnológica, el campo requiere quedar libre de impuestos en razón a que apenas se comienza de nuevo y mal se puede iniciar con impuestos, así mismo la exoneración de aranceles para la importación de maquinaria agrícola en todas sus aplicaciones y modelos es un necesario estímulo que redundaría en el aumento de la productividad, según los datos que aporta FEDEAGRO En Venezuela existen 80.000 tractores, de los cuales el 95 % ya pasaron su vida útil de 10 y 15 años, y se requieren se requieren 80.000 nuevas maquinarias, 20.000 asperjadoras y 15.000 sembradoras con tecnología actual, se requieren US$500 millones para que el campo venezolano pueda salir de la dinámica de subsistencia.

El modelo revolucionario fracasó y persistir en él es eternizar el fracaso, la revolución socialista comunitaria no está leyendo la problemática mundial y no toma previsiones dejando a los venezolanos depender de los rigores extranjeros en cuanto a la crisis que no se quiere evitar y que se profundizará por falta de políticas tempranas.

Finalmente Maduro es el peor gobernante evaluado de Latinoamérica, de donde solo dos países son considerados democracias plenas, que son el caso de Uruguay y por ahora Chile, los demás considerados democracias hibridas de donde Venezuela es considerada como gobierno autoritario.

Así están las cosas

Dios nos Bendice.

Por The EL News

Enrique López Alfonzo Editor- Director The EL News.com Premio Latinoamericano de Oro Periodista de Investigación 2021 ÷584245428120

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