Antes de Ucrania, Putin pidió formar un esquema para vadear el Swift norteamericano. No pudo. Francia, en ocasiones, rechina porque se ve impedido de potenciar fuerzas de las que carece. Un grupo de 5 países promueve el Brics, plausible si su intención solo fuera de mercados y no de acometividad política. Ninguno de ellos menciona a América Latina y El Caribe. No existimos más que para hacerles comparsa. Maduro, en la última Cumbre Celac en Argentina, propuso imbuirnos en un esquema tipo UE. Allí, en esa comunidad de 26 naciones, hay gigantes como Alemania, pero también pequeñísimos Estados como Malta, Chipre y Luxemburgo, todos por debajo del millón de habitantes, pero igual, todos disfrutan, en igualdad de potestades, la ventaja de suscribir la Comunidad Europea. Igual podemos hacer en Latinoamérica y El Caribe. La Celac, que solo se reúne unos días al año, podría ser un mercado permanente. Las esclusas políticas son aplicables a ello. En esta región se aloja un potencial inconmensurable de oportunidades para mercadear productos terminados, por encima del rentismo típico. Pareciera que la propuesta de Maduro resultó impertinente para quienes priorizan, por ejemplo, vender petróleo en lugar de sus derivados. O litio antes que baterías. Y eso es, ¡qué casualidad!, lo que prefieren las grandes potencias.
José Ángel Borrego.