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“Cuando el diablo se muda a Venezuela, el chavismo lo aprovechó y al pueblo humilló”


Soy de Guanare, vivo en Guanare y sobrevivo en la Ciudad de Guanare y jamás había tenido un encuentro tan cercano con unos gallinazos negros, para un buen entendedor los zamuros merodeando por el casco central de la ciudad espiritual de Venezuela. En búsqueda ya no de animales muertos, sino de un cadáver esquelético, sin carne de un jubilado muerto por inanición al igual que el holodomor realizado en Ucrania por la Rusia de Stalin. Motivado a la mísera pensión percibida por años de trabajo en el desarrollo del país, esta pensión no alcanza ni siquiera para un pan de canilla, menos para alimentarse o en el peor de los casos para medicamentos.
Ya cumpliéndose 23 años de cagada, en cagada de este régimen progresista; pero en destrucción y en aniquilación de las esperanzas del pueblo. Ha originado que las ciudades de nuestra Venezuela se estén quedando como el pueblo de Ortiz, donde MIGUEL OTERO SILVA se inspiró para escribir su novela “CASA MUERTAS”. Obra que se conoce como la negación del morir de un pueblo devastado por el paludismo, la tiranía y las guerras civiles. Donde Sebastián hermano Carmen Rosa, representa el casi 7 millones jóvenes, que han huido en la diáspora sin precedente en búsqueda de un mejor porvenir para ellos y sus familias; oportunidades negada por el régimen genocida, despida para siempre, no de un hasta luego de Ortiz (Venezuela), ubicando el rumbo hacia otras latitudes desconocidas.
Los viejos que nos quedamos en Venezuela y con las pocas fuerzas que nos queda seguimos luchando para liberarnos de esta peste negra, otros resignados esperando que algún momento los gallinazos negros, zamuros, lleguen por ellos para degustar de nuestras carroñas, pero estos zamuros saltaran de espanto al ver que estos caparazones están recubierto por una especie de piel descolorida, seca, opaca, con un cabello sin brillo, con nada de carne que comer.
En otros tiempos al viajar con nuestras familias a los zamuros los veíamos volar o la orillas de la carreteras, o comiéndose un animal muerto atropellado por un vehículo, convirtiéndose en un manjar de estas aves. Siendo su hábitat natural las sabanas, llanuras, montañas y áreas suburbanas, pero nunca el centro de Guanare (Av. Unda, Muro de los Lamentos, galpones de la antigua Coca-Cola), lo único que falta es que al pasar bajo un árbol donde duermen, nos caguen y digamos, fue un pajarito.
Hasta ahora, pareciera imponerse, el caos, el abismo sin fondo. En estas horas crepusculares, sumidos en el miedo ante ese flagelo llamado socialismo del silo XXI, donde ellos esperan no escuchar ya susurros ni quejas para eternizarse en el poder. Entendiendo por otro lado que el meollo de la crisis política, económica y social de Venezuela radica en que la mayoría de la dirigencia política opositora que adversa al régimen no ha querido comprender lo que está enfrentando no es una dictadura tradicional, es una criminal auspiciado y dirigida “POR EL CASTRISMO”, junto con células criminales y terroristas mundiales. El castrismo ha sido un régimen que se ha sabido sobrevivir a los cambios que se ha sometido el mundo entero todo ese tiempo.

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