Manifiesto primeramente que para el desarrollo de estas líneas hice uso practico de un poco de los elementos básicos del Análisis de Contenidos, para dar respuesta a alguna lectura que mostró en mi alguna consideración, como fue el preguntarme: ¿De quién es la autoría de un escrito?, ¿Cuál puede ser su intención?, ¿Hacia quien se dirige?  Así pues, sostenido en el título de este artículo, comienzo por deconstruir las insinuaciones sobre un extraño “liderazgo mesiánico” de la figura triunfal de María Corina Machado como erráticas, sea visto desde el ángulo de lo sociológico como desde lo psicológico. Y ello, lo opino sustentándome en lo que Jacques Derrida asevera cuando establece que: “No hay una verdad final o absoluta, solo hay interpretaciones que están sujetas a deconstrucción y reinterpretación constante.” ¿Por qué? Sencillamente, porque a mi juicio, no se compadecen esas “apreciaciones” con las características identificatorias del líder mesiánico. En primer lugar, lo más importante es que esa figura del “Mesías”, nace y convive visceralmente en regímenes totalitarios, dictaduras y tiranías por tanto su esencia es la posesión de un dominio arbitrario. Tenemos que aceptar que su naturaleza a través de los tiempos deviene explícitamente de las sagradas escrituras, de, por ejemplo, la Biblia como sustento religioso del catolicismo.  Quizás, pudiese encontrarse en otras religiones, pero como me declaro ignorante en esa materia, prefiero no entrar en discusiones estériles y quizás pecaminosas, por aquello de “no caer en diatribas sobre política y religión”.  En este caso, importantemente en el plano religioso. Sin embargo, una interpretación más completa del mesianismo es el que les cito a continuación de Armido Rizzi (1981):»(El mesianismo) es la utopía de un mundo justo y feliz (dimensión antropológica), que la promesa de Dios transforma en posibilidad objetiva (dimensión teológica) y que la obediencia del hombre, victoriosamente renovada por el Espíritu (dimensión ético-teologal), está llamada a traducir en la realidad». (Subrayado mío)

¡Hay que ser racional! Mesiánico era Chávez, cuando le hicieron sentir como el “ungido necesario” en una época de errores que se venían cometiendo (que hemos de reconocer como cierto) en la denominada por este presidente como la “Cuarta República “. ¿Y qué pasó? Llegó a la máxima magistratura y con él la tristemente célebre “Revolución Bolivariana”. En consecuencia, terminan aprovechando el efecto de ungido, para torcer conductas, tradiciones y la mismísima historia de los pueblos imponiendo normas que les sirven de sostén de sus actuaciones “devoradoras”, insaciables de poder en donde por supuesto entra como primero lo económico. Bajo esa premisa se consiguió quebrar los destinos de los ciudadanos y de toda Venezuela, arruinándola y debilitando y hasta desapareciendo la independencia de poderes, inexistencia del Estado de Derecho, propiedad privada, libre expresión del pensamiento, el derecho a la vida y en general la violación descarada de los principios constitucionales, todo arbitrado en una inexistente e ilegal estructura de gobernanza y/o gobernabilidad. Precisamente ese liderazgo mesiánico, enfermizo, dictatorial, se ha hecho evidente sobre María Corina Machado y todo aquel ciudadano o ciudadana identificado con ella.

Como diría Luis Velázquez Alvaray: “El liderazgo de MCM es auténticamente lo contrario, de allí su éxito arrollador, y la particularidad de generar un pensamiento transformador en los más apartados rincones del país”. Estoy de acuerdo con el precitado autor, un poco parafraseándolo, cuando advierte en pocas palabras que su liderazgo viene de abajo, que fue construido por ella con su tenacidad, inteligencia y apresto de estadista consumada al poder generar un liderazgo auténtico, arrollador, exitoso y con la singularidad de haber logrado la unión de todo un pueblo que emerge cual catarata de aguas límpidas y transformadoras desde los más apartados rincones, efluvios del país.  

Entiendo, que las comparaciones son odiosas, en este contexto no me importa caer odioso, pero el liderazgo de MCM no tiene ni siquiera punto de comparación cercano con líderes como Carlos Andrés Pérez y el de Chávez Frías (Líderes carismáticos). Ella, en contrario, fue construyendo y sigue poco a poco haciendo su liderazgo, como diría el mismísimo pueblo un “liderazgo propio de su propia propiedad”, porque lo edificó con su conducta, su “civilismo” democrático, su resiliencia natural convertida en una empatía profunda con los ciudadanos, todo ello muy alejado del calificativo mesiánico. El pueblo no es tonto ni se “está chupando el dedo”, por fin se ha dado cuenta que existen falaces comentarios, cargados algunos de “teorías” subutilizadas, quizás algunas por desconocimiento y otras muy arteras y desconsideradas al opinar “sin querer queriendo”, que ultimadamente tan solo hacen el juego al régimen crápula que hasta estos tiempos desgobierna por más de 25 años al pueblo venezolano.  

Termino señalando que MCM tiene la competencia y capacidad motivadora para influir (como lo ha hecho) positivamente en beneficio de todos los venezolanos, para contrarrestar cualquier obstáculo basada en el “mandato que el pueblo le dio” en las Elecciones Primarias del 22 de octubre de 2023, por tanto está lista para coadyuvar estratégicamente con su accionar político con el candidato de la oposición honesta del país y así poder mantener el orden en momentos cruciales, tanto en el proceso complejo y vertiginoso del proceso de transición eleccionario de este 28 de julio de 2024, como en el futuro gobierno que indiscutiblemente ganará la oposición democrática que el pueblo demanda para resolver racionalmente los distintos escenarios que requieren de difíciles decisiones que resuelvan el porvenir del Estado venezolano. Por eso, recordemos que:

“Para liderar, conéctate con los demás. Tu humanidad es lo único que todos tendremos siempre en común”. (Melinda Gates)

“Un líder es aquel que conoce el camino, hace el camino y muestra el camino.”  (John C. Maxwell)

Y el Líder Mesiánico es aquel que: “…está acompañado de un extremo narcisismo de hiperactividad con el imperativo maniqueo de dividir al mundo y a los hombres en las categorías de bueno o malo, justificando a los amigos y simpatizantes, y condenando todo lo del adversario…” (Julio César Pineda, 2021)

(*) Doctor en Educación y docente e investigador de Postgrado de Venezuela

07 de mayo de 2024

Por The EL News

Enrique López Alfonzo Director - Editor The EL News.com Premio Latinoamericano de Oro Periodista de Investigación 2021 ÷584245428120

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