Quiero iniciar este artículo, haciendo uso de algo alegre, algo vinculado con la música latinoamericana, sobre todo la popular, por tanto, considérese que ella lleva consigo lo histórico, antropológico, social y hasta político: intereses, valores, necesidades, tradiciones, mitos y en general sus problemas sociales, etc. Y, todo ello en un continuo que evoluciona prospectivamente junto a las necesidades culturales de cada tiempo, coadyuvando al desarrollo de sus sociedades. Para argumentar lo anterior, me permito señalar la importancia de la música popular, a través de lo que refiere René Medina (2022), en su obra “La música como protesta social y política en Latinoamérica”, al referirse a la música, expresa que: “…la canción es testigo de la cultura, el sentir, y el imaginativo colectivo de una sociedad. Nace de la sociedad, habla de ella y para ella, de aquí deriva su magia y su poder. Pero ¿qué pasa, cuando la música, se convierte, no solo en medio de comunicación, sino en medio de difusión social, resistencia y de concientización social?”. 

Pero, entrando, centrando, para ello he de recordar a un importante compositor, se trata de Aniceto Molina, acordeonista y cantautor salvadoreño-colombiano, que quizás los jóvenes no conozcan y algunos no tan mozos tampoco (sin ofender, creo que Maduro si la conoce bastante bien). El autor Molina, con su cumbia contagiosa y alegre “La burrita” (Los Corraleros de Majagual), alegraba la existencia cuando entonaba: 🎵 “Ve que va a llover y el camino es culebrero; El camino es culebrero, el camino es culebrero como me voy, yo me pongo mi sombrero; Me pongo mi sombrero, me pongo mi sombrero… 🎵

La letra de esa cumbia, aunque parezca muy sencilla, no es tan así, pues como toda expresión pueblerina, tiene gran sabiduría popular. Así pues, ese camino “culebrero” se interpreta como aquel sendero sinuoso o traicionero, que, sumado a una lluvia torrencial por caer, invita rápidamente a tomar las precauciones necesarias para continuar en el camino, por lo tanto, pues el caminante sabe que debe enfrentar tanto al clima como a los obstáculos de la carretera. Para él, por su experiencia campesina, tratará de obtener una solución, por lo que su praxis se conjuga en usar un sombrero. Esa acción natural metaforiza el viaje a través de la vida, para enfrentar cualquier dificultad inesperada con racionalidad y con los materiales adecuados.

Hagamos un ejercicio narrativo, llevando lo anterior a la situación política actual del régimen dictatorial venezolano ante su tormentoso y aciago futuro ante las elecciones presidenciales que vislumbran realizarse en el próximo mes de julio de 2024 (por ahora, como diría el difunto). Hasta el momento, en la actual “tormenta perfecta” que se ha creado intencionalmente en el mundo electoral venezolano (lluvia tormentosa), que deviene fundamentalmente de parte de la tristemente célebre “revolución bolivariana” y de grupos que cohonestan las acciones ilegales e inconstitucionales de ese régimen (candidatos-“alacranes”), para frenar el volver a la consecución de la democracia que por más de 25 años ha sido destruida y casi desaparecida..

Pero, aquí y ahora, en este mes de abril vemos con mucho entusiasmo y fe que Venezuela será otra. Ya es otra. Ahora hay un pueblo que se cansó de tantas penurias y engaños, de hambre y miseria, de insalubridad y educación empobrecida. Ahora hay un pueblo unido, resuelto a cambiar las cosas democráticamente. El horizonte está claro, los venezolanos honestos no están solos y la realidad es que, existe un claro liderazgo y una única candidata de la oposición venezolana, y no es otra que María Corina Machado, máxima líder del País.  Quien ostenta en su haber un porcentaje de más del 80% de los votos para ser la ganadora de la presidencia de Venezuela. Y, ello demostrado y certificado en las elecciones primarias desarrollada el pasado 22 de octubre de 2024.  En contrario, aparece Nicolas Maduro, que aspira a ser de nuevo presidente, pero con un puntaje de votos ínfimos que preconizan sin mayor esfuerzo que tendría una disminuida cantidad de votos, que ni aunque busque y consiga un “sombrero”,  representado por algún candidato esquirol que el mismo nombrare (“escogido a dedo”) y que se ofreciere y aceptare sumisamente para tan innoble acto, resultará que ese camino realmente se le hará realmente “culebrero”, sinuoso y peligroso y no lo llevará a parte alguna. Por lo menos, para la presidencia de Venezuela, no será: ¡Nunca, jamás!

Lo anterior se confirmó y la gran noticia de esperanza ocurrió: el avance triunfador de la verdadera oposición venezolana, ya unida alrededor del candidato unitario Edmundo González, el 19 de abril de 2024, permiten que el “camino culebrero” se le ha hecho más y más difícil a Nicolas Maduro en sus deseos de ganar las elecciones. Presentarán múltiples mensajes, hasta escatológicos, porque de todo se puede esperar, cuando devienen de recónditas vísceras, ahora contra Edmundo González, pero que solo habrán de revertirse a ellos, con mayor fuerza, todo un “comportamiento culebrero” que el pueblo conoce y detesta por mentirosas y pueriles derivadas de mentes enfermizas.  Pobres. Se entiende, pero, no se les aplaude.

Hoy, quiero ser lo más resumido posible, por ello completaré estas líneas con las siguientes estrofas de esa misma melodía, sé que su letra dará luz a los contendores de María Corina Machado, para que prosigan su andar, pero, hacia otros destinos, hacia otros avatares, pues no tienen el chance que esperaban para obtener el poder y el respeto necesarios de la población venezolana para dirigir los destinos de nuestro país, de todas maneras: ¡Salud!  Así pues, estimados representantes del régimen y demás cohabitantes (“alacranes”), continúen sus infructuosos andares detrás de los “molinos de viento”, tal cual Quijote (s) de la Mancha, sigan el son: “🎵 Ve coge el sillón y pónselo a la burrita; Pónselo a la burrita, pónselo a la burrita 🎵”….. (🎵 El camino es culebrero, el camino es culebrero 🎵…).  Y, ojo, para los que todavía son pesimistas dentro de la oposición honrada, conviene aclararles que si el régimen  intentara hacer fraude con la cantidad de votos (como siempre lo han hecho), lo real es que no podrán en esta oportunidad hacerlo para ganar, puesto que tienen aproximadamente, solo un límite  de 200.000 votos que pudieran “introducir” (Ilegalmente) y resultará que de todas maneras Edmundo González les “aplastaría”, así pues, pierden la presidencia de la nación y el PSUV como fuerza política: desaparecería!!!!!!

“La música puede dar nombre a lo innombrable y comunicar lo desconocido”. (Leonard Bernstein)

(*) Doctor en Educación y docente e investigador de Postgrado de Venezuela

 22 de abril de 2024

Por The EL News

Enrique López Alfonzo Director - Editor The EL News.com Premio Latinoamericano de Oro Periodista de Investigación 2021 ÷584245428120

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