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El desprestigio de las empresas encuestadoras en Venezuela

¿Las encuestas son mal hechas o mal utilizadas? Expertos consideran que Venezuela es un entorno demasiado impredecible y complejo como para pretender que las encuestas no fallan y sean pagadas para cambiar resultados.

Las encuestas en Venezuela no son un instrumento confiable, están altamente contaminadas; y para muestra Oscar Schemel y su empresa Hinterlaces, quien sin rubor alguno ha intentado incesantemente de plantear supuestos liderazgos de la mal llamada revolución socialista, usando métodos con el objeto de confundir, engañar y manipular a los electores en las últimas 2 décadas.

Las encuestas han sido valiosos instrumentos de trabajo para conocer las reacciones del gran público frente al comportamiento sobre determinado producto, servicio, y hasta de políticos; pero en Venezuela, las mencionadas empresas, las han pasado a ser parte de la propaganda; y la mayoría de las veces, los corresponsales de los medios raramente citan la fuente de sus encuestas.  

Las propias empresas encuestadoras, han contribuido a su propio desprestigio. Se supone que los sondeos de opinión pública están destinados a explorar la realidad y a corregir o profundizar las estrategias, que en el caso de algunos candidatos políticos, son manipulados por el pago muchos billetes verdes. 

Los encuestadores han encontrado un cómodo refugio en la excusa de que sus sondeos son fotografías de un momento concreto y que, por lo tanto, no se les puede pedir certeza cuando se trata de proyectar eventos políticos en entornos cambiantes.

Definitivamente, hay encuestadoras serias como la empresa Varianzas, la más confiable según análisis de expertos en la materia; aunque existen otras, inmorales que permiten incluso fabricar resultados sin siquiera hacer trabajos de campo, y sus ejecutivos hablan través de los medios y lanzan predicciones, con lo cual es inevitable preguntarse qué buscan, tal como lo dijo en un escrito Ricardo Escalante.

Por otra parte, es alarmante ver como encuestadoras tradicionales suministran cifras tan dispares, que de inmediato despiertan suspicacias como el caso en el pasado de Consultores 21. 

Una de las pocas empresas del ramo serias; pero que no nos atrevemos asegurar totalmente es la Jesús Seguías, director de Datincorp, quien recientemente, investigó acerca de si las elecciones presidenciales fueran hoy, seis de cada diez electores no votarían ni por el chavismo ni por la oposición. Revela que el desprestigio de los partidos políticos supera incluso al de la Fanb y las policías. Apunta que la población, que en un 55% percibe una leve mejoría de la situación, “más que conformarse se está resignando”.

Otro, que junto a su socio, en una oportunidad tuvo mucho credibilidad fue el director de Datanálisis, José Antonio Gil Yepes, educado en las mejores escuelas de los EUA; pero que ahora, se parece una poco a los colaboracionistas opositores y por cierto, advirtió que la economía será un factor que determinará los resultados de las elecciones presidenciales en el 2024.

Recientemente, bajo el título El negocio de las falsas encuestas, nuestro columnista y destacado dirigente político oriundo del estado Apure, Juan Francisco García Escalona, efectuó un trabajo muy interesante acerca de estos instrumentos de opinión pública en Venezuela.

Venezuela es un riesgo

«Si yo me dedicara a hacer encuestas, no haría sondeos políticos en Venezuela. Esta es la actitud que tomaría una empresa seria, si no es capaz de garantizar una fotografía fidedigna de la realidad. Hay métodos, como la realización de preguntas cruzadas, entre otros mecanismos, que permiten, por ejemplo, reducir el riesgo de que los encuestados mientan. Ese no puede ser un argumento», apunta el experto en análisis organizacional Christian Burgazzi.

La encuesta como herramienta ética y científica

Las encuestas nos permiten obtener mediciones y aproximaciones a través de estudios de opinión pública, son un instrumento de gran ayuda para la comprensión de la realidad política, económica, social y electoral. Depende el campo al que sea aplicado en determinado momento, sin lugar a dudas son una herramienta científica para evaluar las tendencias en algunos temas que se colocan de relieve en el interés de la población, pero de ninguna forma podrán rebasar la realidad expresó García Escalona.

Sin embargo, Diosdado Cabello, ha alertado en varias oportunidades, que la derecha venezolana utiliza los resultados de sondeos de «encuestadoras de maletín» que «tienen encuestas y no hacen el trabajo de campo», y que son pagadas por organizaciones políticas con el fin de desconocer resultados electorales y atacar al chavismo.

«Incluso menciona las encuestas que genera el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (Ivad); y destaca que, todas las baterías de preguntas y análisis son realizadas por Venbarómetro, que fue subcontratada».

Datanálisis y Keller & Asociados

El afamado escritor independiente, Justin Delacour realizó una investigación sobre estas firmas encuestadoras venezolanas, y la de sus relaciones con los corresponsales, reveló que, bajo cualquier medida, es una irresponsabilidad de los corresponsales citar a las dos firmas encuestadoras sin mencionar también que las dos firmas son dirigidas por unas figuras virulentamente anti chavistas, quienes frecuentemente utilizan «muestras» que no son representativas de todo el universo de la población venezolana.

Justin Delacour es un escritor independiente graduado de la Maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Nuevo México, Estados Unidos. Ha escrito para Latin America Data Base (http://labd.unm.edu/ ), un servicio de noticias con base en la Universidad de Nuevo México.

Los primeros factores que llaman la atención de las encuestas son las bien reconocidas relaciones políticas de los directores de las firmas, José Antonio Gil Yepes, de Datanálisis, y Alfredo Keller, de Keller & Asociados. En un intercambio de correos electrónicos con el corresponsal de Los Angeles Times, T.

Christian Miller, éste reconoció que las dos encuestadoras son «bastante antichavistas», pero les defendía su credibilidad con la base de que «ambas van de puerta en puerta para obtener representación de los más pobres de los pobres en sus encuestas, y las balancean también por el sexo y la región».

ALFREDO KELLER Y SU «LUCHA A MUERTE»

Igual que Gil Yepes, existen buenas razones para creer que la encuestadora de Alfredo Keller ha estado defendiendo una solución violenta al conflicto político actual en Venezuela. Hace ya un tiempo, en una carta de Keller, publicada por PetroleumWorld.com, Keller describe la situación política como una «lucha a muerte por el poder entre dos fuerzas ideológicas contrapuestas: un socialismo autoritario con espíritu de revancha contra una democracia abierta al mercado».

ENCUESTADORAS PARCIALES

Las conocidas relaciones políticas de las encuestadoras venezolanas con la oposición causan toda clase de problemas con sus encuestas. Llama la atención el que estén colocando o no preguntas parcializadas en sus encuestas. Como cualquier consultor político admitiría, una encuestadora -parafraseando sus preguntas y decidiendo «la muestra de encuesta» o de qué manera la encuesta es «sopesada» para grupos demográficos específicos- puede obtener los resultados que ésta busque.

Incluso, si asumimos que Keller y Gil Yepes no están manipulando sus preguntas, los encuestados, al saber de las relaciones políticas de las encuestadoras con la oposición, notarán la inclinación de la misma a favor de esta última.

Le pregunté a Matthew Mendelsohn, un canadiense especialista y científico en política y metodología de encuestas, si era posible o no que la reconocida relación política -independientemente de todos los otros factores- podría prejuiciar los resultados de las encuestas. Aunque Mendelsohn me dijo que no tenía conocimiento de cómo se hacían las encuestas en Latinoamérica, nos respondió lo siguiente:

«Cualquier percepción por parte del encuestado de la inclinación del encuestador, puede influenciar el resultado. Pueden notar esto con el efecto que causa el entrevistador todo el tiempo sobre el entrevistado… [C]iertamente si el encuestado conoce que tú eres partidario de un grupo o un partido, esto prejuicia los resultados».

ENCUESTAS PREJUICIADAS

Los factores que pueden prejuiciar las encuestas de Gil Yepes y Keller no están limitados a las relaciones partidistas solamente.

Una fuente académica -una persona que ha trabajado estrechamente con las encuestadoras venezolanas- dijo que, por más que las encuestas de Keller han sido realizadas en las áreas de clase media de las 10 más grandes ciudades, dejan por fuera un vasto sector popular, lo que significa que las populosas barriadas en donde se concentra la mayoría que apoya a Chávez han sido, en gran parte, excluidas de la muestra de la encuesta de Keller.

La fuente me informó que las encuestas de Datanálisis son menos inclinadas que las de Keller, debido a que, en la práctica, el equipo de trabajadores de Datanálisis es mejor que el de Keller, y que Datanálisis tiene acceso al censo venezolano de 1998.

Sin embargo, la encuesta que publicó Datanálisis en diciembre, acerca de la visión que la población tiene del llamado «paro general» y la manera que Chávez ha manejado la crisis, parece ser muy engañosa.

Otro hecho no reportado por los corresponsales de habla inglesa, que citan a las encuestas de Gil Yepes y Keller como un evangelio, es la que, desde que el «paro» comenzó el 2 de diciembre pasado, los chavistas no les permiten a los trabajadores de Datanálisis ir a los barrios de Caracas y Maracaibo, controlados por ellos. Mientras que Datanálisis anunció una encuesta en la que se manifestaba el apoyo popular al «paro», Gil Yepes no mencionó que sus trabajadores en el terreno no entraron en las populosas barriadas en donde el «paro» tuvo un rotundo fracaso. El economista progresista Mark Weisbrot, quien estuvo en Caracas en diciembre, escribió una columna para el Washington Post en donde decía que «existían pocos signos del paro» en «la mayoría de las ciudades en donde los pobres y las clases trabajadoras vivían».

Nuestra fuente académica dijo que Keller y Gil Yepes generalmente no hacen sondeos en la población rural. Los períodicos opositores que solicitan las encuestas no tienen la voluntad de pagar el incremento de los costos que el sondeo rural implica. De esta manera, los campesinos sin tierras, que pueden beneficiarse del programa agrario de Chávez, están también excluidos del muestreo.

ENCUESTAS CORRUPTAS Y PRENSA CORRUPTA

En vista de los hechos mencionados anteriormente, es imposible no ver cuán ciegos están los cuerpos de prensa de habla inglesa con respecto de Gil Yepes y Keller.

Alexandra Olson, de Prensa Asociada (Associated Press -AP), llamó a Datanálisis «la más prestigiosa firma encuestadora de Venezuela» en un reporte reciente.

Juan Tamayo, del Heraldo de Miami (The Miami Herald), respondió a una pregunta que le hice a través de un correo electrónico que Datanálisis y Keller y Asociados son «las dos más creíbles compañías de encuestas de Venezuela».

Jehan Senaratna, de Dow Jones Newswires, llama a Keller «el jefe de una respetada compañía encuestadora y de investigación económica, basada en Caracas». A pesar de su comentario cortés acerca de Keller, Senaratna nos dice que Datanálisis es la «única firma que puede ser considerada como confiable y no prejuiciada políticamente».

Finalmente, Phil Gunson, un corresponsal independiente en Venezuela, que ha escrito para varios periódicos, dice que «las organizaciones encuestadoras que debemos considerar como las más confiables» son Keller & Asociados y Datanálisis.

En esencia, los corresponsales extranjeros han sido tan manejados por la histeria anti chavista, que están ciegos al hecho de que las encuestadoras, sobre las cuales ellos hablan, no son creíbles, ni confiables, ni mucho menos políticamente imparciales. ¿Cómo serían recibidos en otros países, incluyendo a los Estados Unidos, Keller y Gil Yepes, promocionandose como unos encuestadores serios, cuando hacen declaraciones que rayan en incitar a la violencia en contra de un gobierno elegido democráticamente? Así que la próxima vez que un miembro del cuerpo de prensa le diga que equis por ciento de la población venezolana piensa de equis manera según las encuestas, pregúntese primero: ¿Identifican a la fuente de la encuesta? En una democracia alimentada por los medios, las encuestas y simulaciones de encuestas pueden ser armas letales también.

¿Qué está pasando con las encuestas en Venezuela? ¿A quién creerle?

La confusa situación generada por la disparidad de las diversas encuestas en Venezuela, debería inducir a los medios de comunicación a investigar este asunto más a fondo, antes de presentar titulares sin mayor análisis.

Algunos de los medios que han dado un tratamiento sin mayor profundidad al tema, tendrán dificultades para competir con las redes sociales, que hoy en día son mucho más rápidas y efectivas en divulgar noticias sin procesar ni investigar.

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