Diputado Rafael Veloz García
En la política la vía de la negociación existe desde tiempos inmemoriales. En el pasado reciente, en el del siglo XX, a una elevada escala se llevaron a cabo procesos de negociación en los países que estuvieron involucrados en forma muy directa en la primera y segunda guerra mundial. Igual sucedió en conflictos menores o en aquellas naciones en que en lo interno a los demócratas les tocó negociar con autócratas que ostentaban el poder.
Es cierto que «los buenos», por llamar de alguna forma a los líderes políticos democráticos, no siempre han logrado los acuerdos que perseguían en los procesos de negociación con los «malos», que son los que se sostienen en el poder con las oscuras banderas de la tiranía. Pero porque esto haya sido así, no quiere decir que la negociación tiene que ser una acción que debe ser dejada de lado. Eso es un grave error.
La autentica oposición venezolana en los últimos años ha intentado varias veces negociar y nada se ha logrado en lo que respecta al fiel cumplimiento de un proceso electoral presidencial con condiciones, es decir, que sea libre, justo y verificable, como lo impone nuestra constitución, y que además distingue al mundo libre y democrático. Entendemos, en consecuencia, que cuando se anuncia ante el país un nuevo proceso de negociación entre el régimen de Maduro y la oposición, mucha gente se pronuncie en su contra, con acentuada molestia y hasta indignación. Pero es hora de que también se entienda que es vital una negociación con el acompañamiento internacional y que no es una opción la salida violenta. Es una frase trillada, pero muy vigente y que aplica en este caso: «el que persevera triunfa». Yo agregaría que el que no lo intenta no gana nunca y puede perderlo todo.
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El largo preámbulo obedece a la reciente III Cumbre Unión Europea-Celac, que se efectuó en Bruselas, Bélgica, los días 17 y 18 de este mes de julio, en la que reafirmaron «que los valores compartidos en los que se basa nuestra asociación permanecen inalterados: unas sociedades resilientes, inclusivas y democráticas; la promoción, protección y respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales; el Estado de Derecho; la democracia, incluidas las elecciones libres y limpias, integradoras, transparentes y creíbles y la libertad de prensa».
Allí estuvo presente el régimen de Maduro, que está por completo apartado de esos valores desde hace años.
Este bloque tenía ocho años sin reunirse y también se efectuó la reunión UE-Caribe.
Salió a flote el tema de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, principalmente en Nicaragua, Venezuela y Cuba, y esto fue utilizado en forma estratégica, porque se produjo una reunión en la que estuvo presente el representante de la Plataforma Unitaria, que se mantiene en el concierto internacional como instrumento de legitimación. Allí estaba Gerardo Blyde ante los presidentes Emmanuel Macron (Francia), Gustavo Petro (Colombia), que es determinante porque que es un país vecino y fronterizo que además ofreció a Colombia como facilitador en la traba que ha puesto la dictadura de Maduro en algo que no requiere de solicitudes o demandas en países democráticos, como lo son las elecciones libres, justas y verificables. Así mismo participaron dos mandatarios importantes como Alberto Fernández (Argentina) y Luis Inácio Lula da Silva (Brasil), así como el jefe de la Unión Europea, Joseph Borrell, quien representa a 27 países. El objetivo fue seguir abonando el terreno para conseguir condiciones electorales para un proceso presidencial en Venezuela. Esto es muy importante, por formar parte de las acciones de presión que hay que seguir haciendo, como también lo es la mesa de México.
Al margen del caso venezolano, hubo una expresión de condena a la invasión rusa en Ucrania y la postura de Nicaragua fue la altisonante, por ser el único país en no hacerlo. Venezuela y Cuba, renuentes al principio, también se abrieron a condenar de manera explícita la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania, como ya antes lo había hecho Naciones Unidas.
El detalle a resaltar es que para América Latina es importante mostrarse como un bloque, porque la oportunidad que hay en la Celac es el acceso a la apertura del comercio, es decir, abrir mercados, el acceso a la materia prima estratégica y cuando no se puede actuar en bloque porque hay tres países, Nicaragua, Cuba y Venezuela, que se desmarcan de esta situación, mientras que el resto marcha en otra dirección, se produce una afectación en la integración. Por eso es que vamos a encontrar acciones en la línea que asoma Colombia y del mismo Brasil de procurar una legitimidad en Venezuela a través de un proceso electoral.
Esta situación debe ser utilizada para la construcción de una sola voz para actuar ante los organismos internacionales, los países y hasta en el Vaticano, en atención a la visión unitaria que están presentando los 14 candidatos. Ya se dio una primera reunión entre ellos y hay unificación en el sentido de ir todos a la procura de las condiciones electorales para el 2024.
Uno de los temas que ha propuesto Freddy Superlano, por ejemplo, es que los candidatos que están suficientemente legitimados, deben ejercerla a través de una sola voz para seguir actuando ante los organismos internacionales y los países. Es menester disponer de una persona que fuera del seno de los 14 aspirantes se desempeñe como el defensor de la primaria, en el que actúe en su preservación, pues sabemos que el régimen está atentando en su contra y nosotros tenemos que estar en conexión con el concierto internacional por ser un factor de gran importancia y que debemos tener muy presente, por ser primordial en el logro de nuestros objetivos.
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Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015 y expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA)
