Fotocomposición Pulzo | Twitter de Armando Benedetti y Getty Images
El presidente se reunió este jueves por la noche con los dos altos funcionarios envueltos en uno de los peores escándalos que han sacudido al Gobierno.
El país conocerá por fin este viernes qué decisión tomó el presiente Gustavo Petro sobre uno de los peores escándalos que han sacudo su Gobierno, el que Marelbys Meza, exniñera de su jefe de Gabinete, Laura Sarabia, desató al asegurar que fue objeto de un interrogatorio ilegal con el uso incluso de polígrafo, en una diligencia que, al parecer, está viciada de graves irregularidades que investigan la Fiscalía y la Procuraduría.
Desde el fin de semana pasado, cuando se conocieron las declaraciones de la exempleada doméstica, Laura Sarabia ha estado en medio de la tormenta pues se le señala de abuso de poder y del uso de recursos públicos para esclarecer la pérdida de una cuantiosa suma de dinero que aún no se ha establecido con certeza, una conducta de la cual señaló a Meza.
Con el paso de los días, la ciudadanía empezó a reclamar una respuesta efectiva del presidente, comoquiera que Sarabia es su mano derecha y ejerce un innegable poder en el Gobierno. La funcionaria, que siempre se ve al lado del mandatario, redujo significativamente su exposición, al punto que casi no se le vio en el viaje que hizo Petro a Brasil.
Pero la semana le reservaba más situaciones complejas al presidente. El panorama para el Gobierno se enrareció aún más cuando se supo que quien habría estado detrás de la publicación de Semana que Salpica a Sarabia es el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti.
A partir de ese momento, la inquietud por la decisión que pudiera tomar el presidente con respecto a esos funcionarios, si prescindirá de uno, o de los dos, o si los mantendrá en sus cargos, se tomó al país. En los mentideros políticos comenzaron a correr las apuestas apuntando a quién será el que salga del Gobierno: Sarabia o Benedetti.
En esas condiciones, el país empezó a reclamar con más intensidad la voz de Petro porque la situación se hacía cada vez más insostenible. Pero justo cuando el presiente comenzaba a ordenar sus ideas con base en los elementos de juicio que venía recabando, el escándalo dio un nuevo y fuertísimo coletazo: se supo que la exniñera venía siendo chuzada por las autoridades, un hecho que el fiscal Francisco Barbosa calificó de “parajusticia”.
Petro informará decisión sobre Sarabia y Benedetti
Con semejante situación de fondo, Petro se reunió este jueves a las 10:00 de la noche con Sarabia y con Benedetti y, además de asegurar que “ningún miembro del gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas”, anunció que este viernes dará a conocer sus decisiones sobre este nuevo escándalo que zarandea su Gobierno.
Más allá de las disposiciones que anuncie, Petro deberá trabajar en recomponer la imagen del Ejecutivo, claramente afectada por este caso, y permitir que las autoridades correspondientes adelanten sus pesquisas para establecer conductas ilegales y sus responsables.
También deberá ajustar su Gobierno, que acaba de pasar por una crisis ministerial —derivada de las diferencias internas sobre la reforma a la salud— en la que salieron siete ministros y sigue dando muestras de fisuras, no solo con las profundas diferencias que surgieron entre Sarabia y Benedetti, sino con la que recién se dibujó entre el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y el comisionado de paz, Danilo Rueda.
Las intrigas palaciegas y la exposición internacional deben pasar a planos secundarios para que el mandatario pueda dedicarse a sacar adelante sus iniciativas en el Congreso, que vienen encontrando una seria resistencia, y concrete en el término de la distancia su “paz total” pues el país está sometido a los violentos.
