A Wilmer Ruperti le tiene orden de captura en Estados Unidos, país que ofrece recompensa de diez millones de dólares a quien colabore con su aprehensión.
El multimillonario empresario chavista Wilmer Ruperti, propietario del reciente equipo campeón de nuestro béisbol profesional venezolano, no podrá asistir a la Serie del Caribe que comenzará este jueves primero de febrero en la estadounidense ciudad de Miami.
Su extrema vinculación con el cuestionado gobierno venezolano, le impiden al también dueño de la televisora privada y pro chavista «Canal i», acompañar a sus «Tiburones de La Guaira».
Desde que se resteó a favor del entonces presidente Hugo Chávez, una vez que estalló en el año 2002 el paro petrolero en su contra, el empresario ha estado en el ojo del huracán.
Por eso, el empresario nacido en Caracas en 1959, ha sido blanco de fuertes críticas, por la inmensa fortuna que comenzó a crecer, precisamente a raíz de aquel paro petrolero.
Por algo, Ruperti no solamente ha venido siendo beneficiado como empresario naviero con el negocio petrolero venezolano, sino que además su ferreo vínculo tanto con el fallecido Chávez como con el actual presidente Maduro, lo han puesto en incómodas posiciones frente al gobierno de Estados Unidos.
Una vez que un diario estadounidense informó en el 2016 que Ruberti había financiado la millonaria fianza de los sobrinos de la esposa de Nicolás Maduro, Cilia Flores, por el sonado escándalo de la DEA conocido como «Los Narco-sobrinos»; tres años después el Departamento del Tesoro congeló todas las cuentas del empresario chavista en Estados Unidos y Suiza.
Ruperti es el mismo personaje que mandó a grabar al entonces diputado opositor Juan Carlos Caldera, cuando le entregaba un sobre contentivo de 20 mil dólares para su campaña electoral como candidato a la alcaldía del municipio Sucre del estado Miranda.
(Dimas J. Medina)
