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Liberalización económica y protección social, Por Ptlg Lidis Méndez

Ptlg. Lidis Méndez

Ptlg Lidis Méndez

Venezuela atraviesa una de las peores crisis en su historia, tanto a nivel social como económico. Ante esta situación en Unidad Visión Venezuela tenemos clara la necesidad de analizar y debatir diferentes propuestas que puedan brindar soluciones efectivas para superar los desafíos actuales. Una propuesta interesante es la combinación de la liberalización económica y la protección social, un enfoque que busca revitalizar la economía y garantizar el bienestar de la población. El presente artículo intenta mostrar cómo la implementación de estas medidas podría marcar un camino hacia la recuperación de Venezuela.

La liberalización económica implica la eliminación de barreras y restricciones que obstaculizan la actividad económica y limitan la inversión en condiciones de igualdad. En el caso de Venezuela, esto implicaría reducir la burocracia excesiva, eliminar el control cambiario, adaptar los salarios a la productividad y a las condiciones del mercado. Estas medidas fomentarían la inversión extranjera, estimularían el emprendimiento y promoverían la creación de empleo, generando un ambiente propicio para el crecimiento económico.

Si bien la liberalización económica puede generar un ambiente de mayor dinamismo y crecimiento, también es crucial establecer un sólido sistema de protección social para salvaguardar los derechos y el bienestar de los ciudadanos. Esto implica fortalecer la seguridad social, garantizar una atención médica accesible de buena calidad, y promover programas sostenibles para la asistencia a los sectores más vulnerables de la población. Además, es fundamental impulsar un nuevo modelo educativo para alfabetizar digitalmente a la poblacióny mejorar las oportunidades laborales y de movilidad social.

La liberalización económica y la protección social no deben considerarse como conceptos opuestos, sino como complementarios. Para lograr una verdadera recuperación, es necesario encontrar un equilibrio entre ambos enfoques. La liberalización económica puede impulsar el crecimiento y generar recursos para financiar políticas sociales efectivas, mientras que la protección social asegura que los beneficios del crecimiento sean compartidos de manera equitativa y se brinde apoyo a los más necesitados.

Implementar estas medidas no estará exento de desafíos. Requiere un enfoque estratégico, políticas coherentes y una gestión eficiente. Además, es fundamental promover la transparencia, el combate a la corrupción y rescatar las instituciones del Estado para garantizar el cumplimiento de las normas.

Es esencial involucrar a todos los sectores de la sociedad: gobierno, empresarios, sindicatos, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos en general. El diálogo y la colaboración serán fundamentales para construir consensos y superar las diferencias en busca del bienestar común.

La combinación de la liberalización económica y la protección social es una propuesta sólida, que aún en estos momentos tan inciertos, puede significar el inicio del fin de la crisis en nuestro país. La apertura económica, el fomento de la inversión y el estímulo al emprendimiento pueden generar empleo y crecimiento. Al mismo tiempo, la implementación de políticas sociales efectivas garantizará que los ciudadanos tengan nuevamente un acceso digno a los servicios básicos, atención médica y protección social.

Para lograr este objetivo, es fundamental contar con un marco legal sólido y estable, que brinde seguridad jurídica a los inversionistas y genere confianza en el entorno empresarial. Esta medida es necesaria, no solo para recuperar la economía, sino también la dignidad nacional. Es terriblemente triste conocer la verdadera situación de miles de venezolanos que hoy día pernoctan en los limbos fronterizos, aún con la esperanza de tener una mejor calidad de vida.

La implementación de estas medidas no será fácil y requerirá un esfuerzo conjunto de todos los actores involucrados. En el futuro cercano cualquiera que sea el gobierno elegido, deberá prepararse para desempeñar un papel fundamental en la creación de las condiciones necesarias para el desarrollo económico y una verdadera protección social; pero a su vez, también es necesario el compromiso y la participación activa del sector empresarial, los sindicatos y la sociedad civil en general.

Es hora de dejar de lado las divisiones y trabajar juntos en la construcción de un futuro próspero y justo para Venezuela.

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