Por Eugenio Martínez

La suspensión de la primera vuelta de las megaelecciones de la Universidad Central de Venezuela –pospuestas por más de una década por la intervención del TSJ– obedece a varias causas, pero lo más importante es que falló la logística necesaria para concretar un proceso complejo que las decisiones de la Comisión Electoral de la universidad volvieron aún difíciles de ejecutar.

En todo caso, comencemos por destacar la afluencia de profesores, egresados, trabajadores y estudiantes al evento. Esta es la mejor noticia de una jornada marcada por los desatinos. Esta es la mejor noticia, aunque también constituye un llamado de atención. 4 de cada 10 estudiantes de la UCV no están inscritos para votar en el Registro Electoral. Es decir, no podrán participar en las primarias, y eventualmente tampoco podrán hacerlo en la presidencial de 2024.

Las elecciones en la UCV representan una oportunidad para iniciar el ciclo electoral 2023-2025. Lamentablemente los debates que se observan en la oposición sobre las primarias de 2023 también ocurrieron en el Consejo Universitario, entre los representantes estudiantiles y la Comisión Electoral antes de que se tomara la decisión de la fecha de la elección y el sistema de votación que se emplearía.

La comisión electoral de la UCV debió decidir entre cuatro propuestas para esta elección. Solicitar el alquilar de las máquinas del CNE, para instalar en ellas un software diseñado por la escuela de computación de la universidad, usar lectoras ópticas (propias y alquiladas) para escrutar los votos emitidos de forma mal, diseñar un sistema de votación online y hacer un proceso totalmente manual (de votación, escrutinio y totalización)

Aunque profesores de la UCV han formado parte del equipo auditor del sistema automatizado de votación del CNE (dándole el visto bueno) la opinión del Consejo Universitario se inclinó hacia un sistema de voto manual, con escrutinio y totalización a través de las lectoras ópticas.

La complejidad del proceso, especialmente en el caso de unas mega elecciones, desaconsejó que optaran por el escrutinio y totalización manual de los votos. Es necesario recordar que el voto en la UCV tiene un valor diferente en función del secor que lo emite. Por ejemplo, el voto de los estudiantes equivale al 25% del voto de los profesores, mientras el voto de los empleados administrativos y obreros representa 10% del voto profesoral. En el caso de los egresados su voto equivale al 5% del sufragio de los docentes.

Al momento de optarse por el sistema manual y escrutinio automatizado con lectoras se acordó que, aunque el padrón de votantes es de 220 mil personas, se necesita la impresión de 85 mil boletas en papel OCR (para que pudiesen ser leídas por las lectoras ópticas)

Aunque solicitar en alquiler las máquinas del CNE -para instalar en ellas el software de la escuela de computación- podía facilitar el proceso de votación, escrutinio y totalización, además de reducir el costo total del proceso, la Universidad y la Comisión Electoral optaron por escoger el sistema más costoso, y el que requiere mayor despliegue logístico.

Los procesos de corte manual o híbridos (voto manual y conteo con lectoras ópticas-  son más costosos y requieren mayor logística que procesos automatizados. Si se opta por las opciones más complejas, los organizadores deben estar en capacidad de garantizar los materiales necesarios para que la elección se realice. Lo que ocurrió el viernes 26 de mayo en la UCV, debe ser un llamado de atención para la Comisión Electoral de la oposición. ¿Están en capacidad de garantizar la logística que necesita este proceso? ¿Están en capacidad de responder ante escenarios imprevistos como la inundación del lugar en donde se almacenan los materiales electorales?

Manual o automatizado
El fracaso de las elecciones en la UCV,
 más que alimentar el debate entre quienes apoyan asistencia del CNE o exigen voto manual en las primarias, lo que debe llevar a la reflexión es a la exigencia de una robusta logística (con uno u otro sistema). En la UCV falló la logística.

Es necesario recordar que esa falla en la logística en 2020 fue lo que permitió a los organizadores de la consulta popular “inventar” resultados de participación para justificar agendas políticas. Pensando en las primarias de 2023, con CNE o con voto manual estos comicios deben contar con una logística robusta, que prevea escenarios complejos. Todo lo contrario, a lo que ocurrió en la UCV.

La decisión que en su momento tomó la comisión electoral de la UCV -de voto manual y conteo con lectoras- aduciendo argumentos de tradición electoral y costos, no fue la mejor.

¿Saboteo?
La tesis del saboteo tiene poca credibilidad en la posposición de las elecciones.
 Lo que ocurrió es un problema previsible cuando se usa un sistema de lectoras ópticas para contar los votos (que necesitan de boletas en un papel especial). Evidentemente la humedad daña estas boletas, que es lo que aduce la comisión electoral que ocurrió. Lamentablemente la comisión no ha sabido explicar cuántas boleras de las 85 mil que debían imprimirse se dañaron en la noche previa a la elección a causa de una inundación en la sede de la Comisión Electoral.

Se debe insistir en que el sistema híbrido de voto manual + lectoras ópticas – es mucho más complicado y costoso, por la logística que necesita, que un proceso automatizado.

Vale recordar que la decisión de actualizar las lectoras ópticas de la UCV (que tenían 10 años sin usarse en un proceso de esta magnitud y están limitadas a elecciones internas y procesos de inscripción) le costó a la universidad, al menos, 10 mil dólares (según los presupuestos que manejó la comisión electoral al tomar la decisión).

El costo de la jornada electoral de hoy (suspendida) se calculó inicialmente en 30 mil dólares. Acá se incluye la reparación de las lectoras ópticas, y la impresión de boletas especiales (que puedan ser leídas por las lectoras). No obstante, informaciones de prensa posteriores sostienen que para el proceso se destinaron, al menos, 75 mil dólares.

Falta de planificación y transparencia
La suspensión de las elecciones en la UCV se resumen en falta de planificación, de coordinación y de transparencia. 
También es un llamado de atención para quienes piensan que las primarias se pueden organizar solo con voluntarismo.
Con el informe que la comisión electoral de la UCV entregó el 29 de mayo al Consejo de Facultad queda claro que la suspensión del proceso obedece a muchos más errores que la afectación del material electoral en la noche previa a la elección.
Según el informe entregado al consejo universitario el lunes 15 de mayo “se perdió la información del registro electoral debido a los errores cometidos por el personal de apoyo contratado por la Comisión Electoral para verificar toda la data de los registros electorales”
Según el informe de la comisión el sábado 20 de mayo (a causa de los retrasos por la pérdida de la información del registro de votantes) se evaluó suspender la elección. No obstante, la se acordó que los errores podían ser subsanados
El 23 de mayo comenzó la impresión de los cuadernos de votación y el resto del material. En el informe de la comisión se asegura que se consultó con el área técnica si se podía tener todo el material para el 26 de mayo y la respuesta fue positiva.
En el informe se indica: “La Comisión Electoral, bajo el principio de la buena fe que realiza el personal, nunca tuvo dudas sobre su trabajo y capacidad de poder llevar adelante el proceso, debido a que ya han ejecutado estos procedimientos en elecciones anteriores, sin inconvenientes”
En su informe al Consejo Universitario los integrantes de la comisión reconocen “la supervisión inadecuada de los procesos, derivado de lo anterior y de la premura en los tiempos que nos acercaban al día de la elección”

Las dudas que deben responderse
Aún quedan muchas dudas que la la comisión electoral de la UCV debe responder. 
No obstante, sería pertinente que la comisión aclarara los siguientes aspectos: En el momento en que se decidió usar el sistema de lectoras ópticas se argumentó que el proceso costaría 30 mil dólares (10 mil para reparar las lectoras) Sin embargo, algunas versiones apuntan a un presupuesto de 70 mil dólares. ¿A qué se debe el incremento?

Otra pregunta que debe aclarar la comisión electoral: En la noche del jueves anunciaron vía Twitter que habían salvado las boletas. El viernes no había boletas suficientes. ¿Qué ocurrió?

La población habilitada para votar es de 220 mil. ¿Cuántas boletas se mandaron a imprimir? ¿Se cumplió con la previsión de imprimir 85 mil boletas? ¿Cuántas boletas por cada uno de los 5 grupos de votantes fueron impresas? ¿Cuál era su estimado de participación? ¿Cuánto costó cada boleta? ¿Cuántas se usaron el viernes 26 de mayo? ¿Cuántas quedaron? ¿Cuántas se necesitan para el nuevo proceso?

Es necesario insistir que los procesos de corte manual o híbridos son más costosos y requieren mayor logística que procesos automatizados. Si se opta por las opciones más complejas, los organizadores deben estar en capacidad de garantizar los materiales necesarios para que la elección se realice. Lo que ocurrió el viernes 26 de mayo en la UCV, debe ser un llamado de atención para la Comisión Nacional de Primaria de la oposición. ¿Están en capacidad de garantizar la logística que necesita este proceso? ¿Están en capacidad de responder ante escenarios imprevistos como la inundación del lugar en donde se almacenan los materiales electorales?

Por The EL News

Enrique López Alfonzo Director - Editor The EL News.com Premio Latinoamericano de Oro Periodista de Investigación 2021 ÷584245428120

Descubre más desde EL News de Venezuela

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Ir al contenido
Verified by ExactMetrics
Verificado por MonsterInsights