Anoche veía uno de esos, ya viejos filmes, donde un sujeto venido nadie sabe de dónde, muta en variadas presentaciones que van desde un hombre enorme y musculoso con fuerza de huracán, que lanza por los aires como si fueran plumas, autos, camiones, tanques y todo cuanto ose retarlo, hasta un manso cordero que se *trasforma* en un coche deportivo y traslada al muchacho de la película. No sé qué sucede al final ni que hizo en el interín, porque me mudé a Netflix. Pero ese _innominable_ me puso a pensar. La imaginación del creativo de este “comic” es muy arriesgada, pero posible que se haya quedado corto para lo que necesitamos en Venezuela. Porque en este país son harto ínfimos los _guarapitos de monte_ que nos ofrecen todos los políticos. *Todos,* sin una sola excepción. Lo único que escuchamos traduce que, aun siendo paganos, ateos, incrédulos y _brujoides,_ en las chiquitas se aferran al Creador y como Maduro dice “Dios proveerá”. (Chávez le pidió más años de vida). Al menos Maduro señaló a un proveedor, los demás solo discursos etéreos, sin base, sin fundamento, sin explicarles a los venezolanos de dónde saldrá la *catajarria de millones de dólares* que se necesitan para transformar al país, y menos, cuáles son sus *propuestas concretas.* No hemos sabido de *una* sola. Puro buche y pluma Y el país necesita una *transformación* urgente, implacable y agresiva al máximo, para evitar recaídas de _distraccionismo_ perverso. Tal vez para evadir tan *_comprometedor compromiso_* los políticos toman atajos tangenciales y prometen nuevos espejitos, pero espejitos al fin. Y tienen suerte de encontrar nuevos indiecitos, últimamente con franelas rojas.
*Transformar.*
Ese es el verbo a conjugar. Tal vez para un gerente resulte sencillo con tantos _commodities_ a la mano. No hay problema en este país que no tenga una *respuesta acorde* con su magnitud, pero todas exigen pulcritud gubernamental y ese es el *gran* obstáculo…por ahora. ¿Quién sabe? Tal vez nos sorprenda un *“transformer”* hollywoodense y no deje piedra sobre piedra, ni corrupto sobre el dinero del país.
*Petróleo&etc.*
El principal problema es el petróleo. *Doble problema.* Por un lado el cuerpo de refinerías hecho añicos tras *23 años* de abandono absoluto por la “revolución”. (Y las que teníamos en el exterior vendidas como gallina flaca). Sólo en 23 años, aquellas procesadoras de crudo que una vez fueron orgullo de Venezuela por su avanzada tecnología, hoy no son más que parapetos inútiles a los que se les inyectan *millones de dólares* para solapar sus deficiencias. Bueno, *75%* de esas erogaciones millonarias y recurrentes va al bolsillo de *boli-gozones.* Si cree que exagero pregunte a Jessy Chacón y al general Motta Domínguez dónde están los *65 mil millones de dólares* que Chávez les entregó para *resolver* el problema eléctrico. Resolver, no parapetear. Y ni siquiera se hizo lo segundo. Capítulos como ese impiden que los políticos asuman compromisos de profilaxis gubernamental.
Pues bien; de acuerdo a opiniones de verdaderos expertos (en Pdvsa no queda ninguno) se necesita de una bola de *240 mil millones de dólares* como mínimo (sin corruptos de por medio) para actualizar la industria petrolera. Y esa *reconstrucción/transformación* exige entre *5 y 10 años.* Es lógico pensar que en ese lapso aparecerán nuevas tecnologías que deben adquirirse y se encarece más el coroto. ¿Algún político ha dicho *de dónde* sacará ese dinero? Ciertos aventureros aseguran que *ido Maduro* vendrán a hacer cola los financistas con eso y muchísimo más. Pero ni siquiera mencionan a *uno* de esos financistas. *No los hay* a causa del segundo problema. Nuestro petróleo, el inmenso volumen de crudo que nos hace la mayor reserva del planeta, es *Extra-Pesado.* Algo así como Cassius Clay, con George Foreman y Mike Tyson juntos. Y procesarlo resulta costoso, al extremo de que las utilidades merman de tal forma que espanta a los grandes inversionistas. Pero petróleo, por pesado que sea, con inteligencia de mercado, convincente marketing y buenos _traders_ de por medio, sigue resultando buen *generador de dólares,* de manera que habrá quien se asocie con Pdvsa (léase bien: *se asocie)* y corra riesgos al 50% de la estatal, pero también con *cualidad administrativa* compartida. A eso *le teme* el chavismo en especial, pero también antes los adecos boicotearon planes. Recuerdo que *Sánchez Bueno* fue enemigo frontal de *compartir* nuestra riqueza. (¿Quién comparte pobreza?). Pero aquella Pdvsa invertía en adecuación, actualización y modernización de la planta industrial petrolera. Chávez hizo como “El Barbarazo”: acabó con tó..! Lo poco que se había avanzado con asociaciones estratégicas, las asumió él personalmente. No Pdvsa, no. Hugo Rafael Chávez Frías. ¿Los resultados? La chivera que tenemos por industria petrolera.
*Soluciones.*
No nos referimos al partido de nuestro amigo Claudio Fermín. Hablo de solucionar los problemas, incluido el del petróleo. Todo es posible si el equipo de gobierno, aun dirigido por un político, es *tecnócrata.* No comprensivo hacia las nuevas tecnologías. Estrictamente tecnócrata con paciencia para escuchar pantufladas de políticos. ¿Por qué tecnócratas? Porque los problemas, aunque ocasionados por políticos, son técnicos. El político mantiene la batuta gubernamental, pero el técnico diseña, planifica y ejecuta sin intrusión política. El *Turismo,* por ejemplo, tiene potencial para sustituir al petróleo y darle vuelto. Del Turismo pueden surgir las inversiones para el petróleo, pero nunca a la inversa, porque al menos los últimos *60 años* así se ha demostrado. No hay más prórrogas. Los “expertos” que han desfilado por Min-Turismo no tienen la más mínima idea de lo que traduce esta palabra. En consecuencia hay que buscar nuevos horizontes. Tecnócratas y gerentes. Gente mente-abierta. Y auxiliarnos con españoles, no solo por razón idiomática, sino porque los hispanos saben de turismo como nadie en el planeta y hay excelente material humano disponible.
*El Agro,* con *A* mayúscula, no puede dejarse en manos de los iraníes, no por serlo ni porque se tropiezan con las batolas, sino porque hay gente *mejor y menos costosa.* Israel convirtió el desierto en un vergel que produce lo que *ellos deciden.* Qué no lograría en tierras tan productivas como las nuestras. Y otros países, en especial Estados Unidos, tienen programas y tecnología de punta para ayudar al Tercer Mundo. (Como *Cuarto Mundo* podemos colearnos). Y con ello se resuelve el problema *alimentario,* se coadyuva a la *exportación,* se apoya al *turismo,* se incrementa el grupo de *productores,* se fomenta *mano de obra* especializada, se complementa la *salud* y se declara el *fin de la importación* de comida. Adiós Clap.
Y no estamos lanzando flechas a la luna. Todo lo dicho y muchísimo más, es *posible.* Solo exige un *conductor que sepa conducir.* Un político que entienda que la solución de los problemas *NO* está en manos de los políticos, sino, de estos, con tecnócratas al unísono a su lado. Un *Estadista* que acepte, que serlo, es demostrar que *sabe* administrar el Estado. La hacienda Pública. Un venezolano, los hay (no muchos, pero sí) que sea capaz de comprender lo que significa *transformar* con visión de país.
Hasta las cosas más sencillas (diría Aquiles Nazoa) los políticos, ex profeso, las hacen complejas, intraducibles e irresolubles. Si el político no acepta esa realidad con hidalguía, *no* es apto para emerger en dirección a la *Transformación de Venezuela.* El político debe confesarle al país sus minusvalías y falencias, que compensará con *Tecnocracia y Gerencia.* Y es recomendable que el político demuestre *anticipadamente* algo de la sapiencia que intentará vender. Eso es posible también, con un par de criadillas.
(José Ángel Borrego, 0414-8187722)
