Brazil's President Luiz Inacio Lula da Silva holds his glasses during a joint press conference with his Venezuelan counterpart Nicolas Maduro (not in frame) at the Planalto Palace in Brasilia on May 29, 2023. Brazilian President Luiz Inacio Lula da Silva met Monday with his Venezuelan counterpart Nicolas Maduro, renewing a relationship severed under far-right ex-president Jair Bolsonaro. Lula invited Maduro to the Brazilian capital along with the rest of South America's leaders for a "retreat" Tuesday aimed at rebooting regional cooperation. It will be the first regional summit in nearly a decade. (Photo by EVARISTO SA / AFP)

Lula tuvo dos períodos como presidente de Brasil y va en el tercero. Foto AFP

El problema con jefes de Estado que han visto trascurrir muchos años al frente de sus países, es que piensan que el mundo que gira a su alrededor permanece inmutable. Lula estuvo ya dos períodos al frente de la presidencia de Brasil e inicia el tercero. Maduro lleva dos y amaga el triplete. Ambos, en su condición de presidentes, han trotado mucho por el mundo y Maduro, que fue canciller, pateó muchos suelos antes de ser ungido por su mecenas. Sin embargo, nada de ello acumula millas para volar gratis, ni la experiencia necesaria para creer que puede disponerse de una varita mágica y recomponer al mundo. Los presidentes son solo políticos. Alguno que otro excede esos linderos y logra laudables objetivos, como la señora Merkel en Alemania. ¿Pero cuántas Merkel conocemos en América Latina? Y no es que doña Ángela fuera una experta en mancomunar Estados. Ella heredó a su país inserto en la Comunidad Europea, pero ¡cómo luchó por mantener incólume la integración! A la final desertó Inglaterra tras un referendo (Brexit), que ocasionó más disgustos que buenaventuras.

Arribar a la Unión Europea no se trató de soplar y fabricar esa botella. Fueron años de lucha, de discusiones, de contrariedades, de inconformidades, de recelos y de desigualdades de variada índole que hubo que vencer. Pero se logró nivelar el factor económico, a base de esclusas asignadas a cada nación para que, en determinado momento, la Comunidad Económica Europea fuera un hecho, bajo un mismo signo monetario: el Euro. Solo el Reino Unido prefirió mantener la Libra Esterlina.

Y no necesitó, la UE, litigar contra el dólar para imponer su valor monetario. Ni el dólar fustigó los mercados para atentar contra el euro. Conviven ambos signos monetarios, incluso en Europa. Ese es el menor de los problemas, pero asomamos el punto para corroborar, que, por lo asomado hasta ayer, mayor gravedad reviste el ralo conocimiento de los presidentes en materia de Economía de Estado; y peor aún, de Integración de Naciones. Hasta ahora solo hemos escuchado de Lula y Maduro una pugna contra el dólar, sugiriendo que el Brics acuñe una moneda que lo desplace.

Unasur

El presidente Lula, en la fotografia oficial con sus homologos de los países de América del Sur. Palácio do Itamaraty. Foto Rafa Neddermeyer/ Agência Brasil


En la reciente cita de la Cepal en Argentina (VII Cumbre), a la cual no asistió Maduro, pero envió un mensaje telemático, lo dijimos antes, sin tener idea de lo que expuso, Maduro dejó en la bandeja de entrada la propuesta de unificar a América Latina y El Caribe, bajo el esquema de la Unión Europea. Para que no se piense que nuestra apreciación del escaso pedigrí académico de nuestros presidentes latinoamericanos obedece a alguna desinencia, ya Lula intentó convencer a Maduro y a la cumbre de esta misma semana en Planalto, que mejor que la UE, camina la estructura económica de los países africanos. ¡Hágame usted el favor! Y si ese tema, con sus respectivos planteamientos, se mantiene sobre el tapete de los presidentes, jamás habrá ninguna respuesta sobre integración en esta
región. Sin embargo, se sugirió reanimar a Unasur, propuesta de Hugo Chávez que pudo haber sido, y no fue la fórmula para lograr esa integración económica dirigida a lo social. Porque ese es el gran problema de los populistas latinoamericanos y hasta de los españoles (Pedro Sánchez). Quieren resolver los problemas y crear nuevos escollos, pero utilizando los dineros del empresariado y los impuestos del ciudadano. Y bajo tal esquema no se progresa nunca. Mientras se atropelle al empresario con tributos demenciales y trabas de variopinta naturaleza, no habrá desarrollo ni dinero que alcance para los populismos. Venezuela es y será tal vez el mayor ejemplo del Planeta Tierra en la materia. Se esfumó una inmensa fortuna tasada en dos billones de dólares, y aparte de los varios millones de dólares que últimamente se imputan a los “saqueadores,” nadie sabe qué se hizo esa fantasiosa suma de millones. Bueno, sí sabemos, pero nada podemos hacer.
Maduro, en un arranque intestino, recordó que bajo la gestión administrativa que prosigue, su gestión, desaparecieron ¡47 mil millones de dólares!, pagados a Odebrecht, y éste a corruptos criollos. Pero el gobierno no recibió ni una sola de las obras previstas y canceladas en su totalidad, algunas de las cuales ¡lo dijo Maduro!, ni siquiera se inició.

Pero retornemos a Unasur. El parto de Chávez lo desechó Rafael Correa. Poco a poco el organismo fue desintegrándose, y ahora, recomponerlo es ciclópeo. Ya se le advirtió a Gustavo Petro que para reinscribir a Colombia necesita la aprobación del Senado y de la Corte Constitucional. Tales trámites, entre uno y otro tropiezo, puede consumir una década. Mejor iniciar un nuevo esquema, muy factible en el inmediato plazo, como es, previa autorización de la ONU, que nada tiene que oponer, instrumentar a la Celac con carácter permanente, con sede propia (en esta ocasión en Venezuela), con representantes diplomáticos de sus 33 miembros y apertura a títulos diversos a unas 10 o 15 naciones, de interés para el objetivo de esta nueva Celac.

Liderazgo

Maduro y su chavismo gobernante. Foto Cortesía.


Ningún país del área competente (América Hispana y El Caribe) va a postularse para acometer esta hercúlea misión. Lo primero que se pensará es en el costo del factor físico, que, asumido por algún Estado, podría triplicar la inversión real y si es Venezuela, la multiplica por diez…y no lo termina. En consecuencia, se preguntará el lector, cómo proponemos tal necedad para que la asuma una Venezuela depauperada, en las tablas, sin dinero para pagar los bonos ofrecidos el 1 de mayo y con Chevron y otras petroleras reconduciendo sus expectativas. Es posible lograrlo, sin que el Estado invierta un solo dólar, y, aun así, las obras necesarias quedan a beneficio de ese Estado venezolano, hasta ahora, solo oneroso. Nuestra propuesta requiere de un líder político que Maduro pueda bendecir, porque se iniciará esto en el inmediato plazo y podría estar operativo en 15 a 18 meses, a lo sumo. Ya en días pasados, varios lectores asomaron nombres. Que Maduro escoja uno y un Equipo Multidisciplinario-Técnico, amigo de este columnista, ofrecerá al gobierno la fórmula para construir (a) la sede de la Celac-Permanente, (b) las residencias para 33 embajadores y (c) factores conexos (unos $100 millones), a CERO COSTOS para el Estado venezolano. Desde luego, también, SIN que el gobierno intente alguna injerencia en los aspectos técnicos, operativos y, en especial, administrativos del proyecto físico.

Algún compatriota de la alta pléyade chavista-madurista y del Psuv, puede transferir la información al Canciller Iván Gil y/o a canales pertinentes.

José Ángel Borrego

(0414-8187722)

Por The EL News

Enrique López Alfonzo Director - Editor The EL News.com Premio Latinoamericano de Oro Periodista de Investigación 2021 ÷584245428120

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