Una política diferente, es pensar y actuar con coherencia y lealtad a los principios, valores y fundamentos doctrinarios y políticos, es definir criterios y conceptos esenciales y fundamentales y desarrollarlos en la praxis, en las realizaciones objetivas, exponer un programa, un plan y ejecutarlo en la práctica, con eficacia y eficiencia, es erradicar la promesa fácil y demagógica para engañar y manipular las necesidades de la ciudadanía, es evitar la mentira, como respuesta al reclamo popular, es decir, la verdad transparente que genere confianza y certeza, es no prometer lo que no se va a cumplir. Hay que dar fiel cumplimiento a la promesa, al compromiso adquirido, es planificar, prever y ejecutar con capacidad técnica y gerencial, con plena conciencia del tiempo, espacio, recursos, equipos humanos y de maquinaria, para así, dar la eficaz respuesta a las necesidades del desarrollo económico, los servicios públicos y las distintas actividades del estado, el gobierno, la sociedad en general y la comunidad en particular, es la renovación ética de la práctica política y de la gestión de gobierno, sobre la base de valores inquebrantables, de honestidad, transparencia y rendición de cuentas, que la sociedad y los ciudadanos deben exigir y reclamar de sus representantes, (Primera parte. Continúa).
Simón Valdez
