Icono del sitio EL News de Venezuela

UPP89 ante los resultados del Referendo Consultivo

Reinaldo Quijada
Coordinador Nacional UPP89

*La defensa del Esequibo y un gobierno debilitado*

La defensa del territorio Esequibo requiere de un gobierno fuerte, de amplio respaldo popular y prestigio internacional. Es evidente que no es el caso del gobierno del presidente Maduro. Un nuevo gobierno legitimado por la elección presidencial del 2024 tendrá mayores posibilidades de lograr una negociación favorable para el país, bien sea haciéndolo por vía de la Comisión Mixta, conformada por dos representantes del gobierno de Venezuela y dos por parte del gobierno de Guyana, como lo establece el Acuerdo de Ginebra de 1966, bien sea acudiendo al órgano de resolución de controversias de la Corte Internacional de Justicia.

Venezuela tiene suficientes títulos históricos y legales, desde la fundación de la Capitanía General de Venezuela y luego de la independencia para demostrar que el Esequibo forma parte de nuestro espacio territorial y geográfico. Y hay suficiente evidencia probatoria de que el Laudo Arbitral de París está viciado de nulidad, que fue parte de una componenda política internacional para despojarnos del territorio y que no hubo imparcialidad de los jueces, ni equidad en su desarrollo.

La diplomacia exitosa requiere de alta capacidad para tejer alianzas, gran influencia en el ámbito global y elevado arraigo popular. Con la convocatoria del Referendo Consultivo, el gobierno logro insertar al ciudadano en las discusiones sobre la política exterior, lo cual es importante pero no suficiente. Mientras mayores sean las credenciales de un país, su liderazgo mundial y su credibilidad moral, en la misma medida se tendrán mayores posibilidades de obtener un resultado favorable. El gobierno del presidente Chávez, en su primer periodo, tuvo fuerte prestigio y liderazgo político en la región latinoamericana, en el propio CARICOM y más allá de nuestro continente y hubiese sido una oportunidad de buscar una salida negociada con Guyana, pero es obvio que el gobierno del presidente Maduro no lo tiene, en ningún espacio o instancia internacional.

No creemos en los resultados electorales del 03 de diciembre, no es lo que se vio en las calles, ni en los centros de votación, y, a estas alturas, más de 48 horas después de las elecciones, el CNE no ha publicado, como siempre lo ha hecho, de manera inmediata, los resultados centro por centro, mesa por mesa. Ni siquiera Estado por Estado. Es de resaltar que la página web del CNE mantiene un enlace de “Resultados de Elecciones” y otro de “Resultados de Referendos”, con todos los resultados de los eventos anteriores, salvo los del 3D. Esto mantiene la suspicacia y la duda. No estaba en discusión la valoración de un gobierno, sino la defensa de nuestra soberanía territorial. Sin embargo, un importante porcentaje de nuestro pueblo no lo vio así, y con su abstención parece haber transformado la jornada electoral en una suerte de plebiscito contra el gobierno. Esto debe respetarse y el gobierno aceptarlo.

Es la defensa del Esequibo lo que está en juego y no la sobrevivencia de un gobierno. Y esto último es la razón de lo que está prevaleciendo. El gobierno tiene una responsabilidad con la historia y, por aferrarse al poder y no querer ver la realidad, no la está asumiendo. Es lamentable, triste y dramático tener un gobierno, y su dirigencia política, militar y social, que – por complicidad, ingenuidad, miedo o pasiones ideológicas – hayan perdido toda capacidad crítica o autocrítica, no tengan la capacidad de mirarse a sí mismos y no puedan anteponer los superiores intereses colectivos de todo un país a los pequeños intereses grupales e individuales. Esto, por supuesto, trasciende al tema del Esequibo.

 

Salir de la versión móvil