Tras dos años de sanciones estadounidenses, Venezuela reanudó los suministros a Europa en virtud de un acuerdo para intercambiar petróleo por alivio de la deuda. El gobierno ha bloqueado estos suministros, afirmando que ya no quiere transacciones de petróleo por deuda y que, en cambio, quiere combustibles refinados de proveedores italianos y españoles.
Las señales son claras: el próximo invierno en Europa será brutal. Debido a la reducción del 80 % de las importaciones de gas natural ruso a través de Nord Stream 1 y a la reducción del 90 % de los envíos de petróleo, la Unión Europea tendrá que recurrir a todas las fuentes de combustible disponibles para mantener a sus ciudadanos calientes y cómodos este invierno. Irán y Venezuela fueron dos países mencionados como posibles sustitutos de los proveedores originales.
Dado que no se han alcanzado los plazos de las propuestas y que el gobierno israelí pide a los negociadores que “se retiren”, un aumento de las exportaciones de petróleo y gas iraní a Occidente depende en gran medida del acuerdo nuclear tentativo, pero Goldman Sachs declaró recientemente que es poco probable que dicho acuerdo se alcance pronto.
Tras dos años de sanciones estadounidenses, Venezuela reanudó las exportaciones a Europa en el marco de un acuerdo que intercambia petróleo por condonación de deuda. A pesar de ello, el gobierno ha detenido los envíos, afirmando que ya no está interesado en las transacciones de petróleo por deuda y que ahora busca combustibles refinados de proveedores italianos y españoles a cambio de crudo.
Aunque este comercio parezca un retroceso, Venezuela tiene problemas para mantener operativas sus propias refinerías por falta de inversión y mantenimiento. Al tener acceso a los combustibles refinados, podría reactivar sus sectores energético y manufacturero. La extracción de petróleo pesado en Venezuela tiene que complementarse a menudo con diluyentes procedentes del extranjero. La Unión Europea (UE) ha declarado que no tiene planes de relajar los límites del acuerdo de petróleo por deuda, con lo que Europa se ve privada de otro posible suministro de energía.
La producción global de petróleo en Venezuela cayó un 38 % en julio con respecto a hace un año como consecuencia de las sanciones y la caída de las inversiones. Los primeros esfuerzos del vicepresidente Biden por reanudar las conversaciones con Maduro suscitaron expectativas poco realistas de que el petróleo venezolano volvería a fluir, aliviando las restricciones de suministro y bajando los precios en alza. Este otoño, los habitantes de las zonas más frías del mundo, en particular de Europa, tendrán que luchar para encontrar los productos más simples para la calefacción, lo que podría significar un aumento drástico del precio de las opciones energéticas ya caras.
Si esto ocurre, los costes energéticos en la UE se dispararán porque no se encontrará un sustituto fiable para la energía rusa. Además, a medida que los países europeos se abastezcan de energía en todos los lugares que puedan, Estados Unidos y otros países tendrán menos de estos recursos de los que poder abastecerse. Cuando vuelva el frío del invierno, espere que los precios del petróleo y de la energía vuelvan a subir.