El empresario de origen italiano Giuseppe De Pinto asegura que la constancia, perseverancia, superación y calidad permitieron que el cinco estrellas de la zona sur de Maracaibo llegara al medio siglo este lunes 24 de julio

Triunfo, logro, orgullo. Son palabras que repite Giuseppe De Pinto sobre su Hotel Maruma, en Maracaibo, del que este lunes 24 de julio se cumplirán 50 años de su inauguración.

El reconocido empresario de origen italiano menciona el origen del nombre del hotel que fundó, junto con su hermano Michele en 1973, en la Circunvalación 2, en la zona sur de la ciudad, al iniciar la conversación con el Diario La Verdad sobre el aniversario.

“Maruma es un nombre autóctono que escogí para darle honor a Maracaibo. No quería un nombre italiano, ni Roma, ni Venecia. Mi idea era que, si estaba en Venezuela, en Maracaibo, tenía que darle un nombre de aquí. Así se llamaba la hija del gran cacique Zapara. Fue una princesa guajira”, expresa.

E inmediatamente, a sus 80 años, con el acento casi más maracucho que italiano que le caracteriza y entre muchas anécdotas, comienza a relatar sus inicios en la capital zuliana tras llegar procedente del sur de Italia, cuando era un inexperto muchacho de 16 años.

Ayudaba a su hermano Michele en su restaurante Felipe durante el día y en la noche vendía perros calientes en la calle. Ambos establecimientos estaban ubicados en la calle 78 (Doctor Portillo).

Actitud y voluntad

Cuenta luego Giuseppe De Pinto: “Me salió el trabajo en el hotel Venecia, que quedaba frente al cine Roxy (en la avenida 3Y -San Martín-), de cierta categoría. Allí aprendí a ser mesonero” y “como tenía mucho tiempo libre, empecé a vender frutas y verduras”.

De todos los oficios que desempeñó el joven inmigrante antes de convertirse en empresario, insiste en lo mucho que aprendió, sobre todo en algo que disfrutaba y que le llevó a triunfar en los negocios: tratar con el público. Asegura que fue aprendiendo, hasta a cocinar, de cada persona que pasó por su vida.

“Siempre he sido un hombre muy público, me ha gustado conocer gente y cuando estaba recién llegado quería saber qué idea tenían los maracuchos de su ciudad, de su país. Era mi idea, conocer a la gente”, revela.

Prosigue: “Cuando era mesonero conocí muchos clientes en la mesa al servirles en el hotel Venecia. De mesonero fui ampliando mis relaciones, porque no hay un trabajo en el que uno puede relacionarse más que en el de mesonero. Además, hablaba inglés. Lo aprendí durante mis cuatro años en Estados Unidos”.

“De ahí empecé a venderles a esos mismos clientes las verduras en su casa, como marchante, tocarles la puerta y decirles: ‘Señores, llegó el frutero, traigo lechosa, patilla, melón, todo barato’. Me daba más a conocer, con mucho respeto y con una sonrisa”, agrega.

Trae a su memoria cuando el dueño del hotel elogió un día su actitud. “Señor Miguel, ¿qué quiere decir actitud?”, le preguntó él. “Es la voluntad que tiene la persona cuando está trabajando”, le respondió su jefe.

Y pasa a narrar cuando un día el propietario del establecimiento alabó su voluntad de quitarse el corbatín y la camisa para disponerse a destapar una cloaca que se había tapado en el restaurante.

“Me tomó cariño y, después, por mi actitud y voluntad, cuando le dije que me iba, que ya había aprendido bastante, me dijo: ‘No, no te vayas. Yo te nombro aquí jefe. Tú lo haces muy bien, eres muy voluntario. Lo que hiciste el otro día con la cloaca me gustó mucho”, rememora.

Continúa: “Un día me dijo que se quería ir para Italia y que su hijo no quería saber nada del negocio. ‘Si me quieres dar algo, a fin de mes, me lo das, pero lo único que me interesa es que mantengas el restaurante abierto’, me propuso”.

“Y le respondí: ‘Si tú haces esto conmigo te lo agradezco mucho, pero tengo que pagarte algo’. Y le pagaba una cuota mensual. Estaba muy contento. Miguel siempre confiaba en mí. Estuve como 7 a ocho años, hasta que monté el Maruma”. Fue así como Llegó a ser gerente y copropietario del hotel Venecia.

“Fui aprendiendo de él, tenía mucha más experiencia y sabiduría que yo. Me decía: ‘Tú vas a llegar muy lejos algún día’. ‘Ojalá’, le decía yo. Y lo logré de una forma voluntaria”, adiciona.

“Me llamaron loco”

Recuerda, entonces, que en el hotel Venecia comenzó a pensar: “Y, si tengo tantos clientes como mesonero, ¿por qué no monto un hotel?” Y confiesa que fue a través de las relaciones con esas personas que iba conociendo con su trabajo cómo concretó, junto con su hermano, la idea el hotel.

Se había asociado “a varias cámaras, de turismo, comercial, industrial, no solo para ganar clientes sino para conocerlos y darme a conocer”, convertido en un empresario con visión de futuro.

“Me dije: ‘Voy a montar un hotel’. Y monté el hotel. Y pasé al Maruma bien documentado, con criterio, con experiencia y conocimiento en el servicio. Le puse todo lo que sabía y más. Y me sentía orgulloso”, destaca.

Y así, con 60 habitaciones, piscina, restaurante, cafetería, bar, salón de fiestas y 47 empleados abrió sus puertas el Hotel Maruma, en el sur de Maracaibo, una zona en la que solo un empresario visionario como Giuseppe De Pinto se atrevería a hacerlo.

“Me llamaron loco. Mi hermano fue el primero. Otra gente también. Era un proyecto en el que poca gente creía, por estar donde está. Pero, vi la fortaleza de tener cerca la zona industrial, con todos los empresarios y ejecutivos que venían de afuera, y el aeropuerto (internacional La Chinita)”, enfatiza.

Cuatro etapas y la cadena Crowne Plaza

Tras una década en exitoso funcionamiento y contra toda vicisitud, como la devaluación del bolívar frente al dólar tras el llamado viernes negro, los De Pinto decidieron sumarle categoría a su Hotel Maruma.

El 24 de octubre de 1983 inauguraron su segunda etapa, con 90 habitaciones más, 5 locales comerciales, 150 empleados y el salón Mara, con capacidad para 600 personas.

Exactamente cinco años más tarde inauguraron una tercera etapa, con 25 amplias y lujosas habitaciones, una piscina más imponente, canchas de minibásquet y tenis, gimnasio, sauna, bar, discoteca y zonas verdes, con lo que mereció las cinco estrellas que caracterizan a un hotel de lujo.

No conforme con eso, y a pesar de la zozobra política que vivía el país, debido al intento de militares de derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez, los hermanos De Pinto iniciaron en 1992 la construcción de una cuarta etapa.

Incluyó la torre de 15 pisos, 205 habitaciones, 10 salones de reuniones, centro de negocios, lobby bar, 9 locales comerciales, otro restaurante, el Sport Club, spa, la piscina más grande de Maracaibo, con 842 metros cuadrados, y 430 empleados.

Ya en 1994 contaba con 378 habitaciones, 50 de ellas elegantes suites, una imponente suite presidencial y 3 tres suites ejecutivas de lujo, completando así su oferta del majestuoso Hotel Maruma.

El crecimiento continuó en espacios de entretenimiento en 2002, con el casino y la ampliación del Salón Mara.

Y en 2006 comenzó a ser operado, hasta el 31 de enero de 2021, por la reconocida cadena internacional Crowne Plaza Hotels & Resorts, de la compañía británica InterContinental Hotels Group.

“Mi vida”, “orgullo familiar» y “una escuela”

Medio siglo después, Giuseppe De Pinto exclama con satisfacción: “¡Para mí, es un honor, un orgullo, haber dotado durante tantos años a la ciudad de un hotel cinco estrellas, que no ha perdido su categoría, sino que se ha superado!”.

Recalca que el Maruma es “mi vida” y que sus 50 años en funcionamiento son “un gran orgullo familiar” para todos los De Pinto, porque es fruto de “una tradición familiar de constancia y perseverancia”.

“Y ahí va a quedar. Yo me voy a ir algún día, pero todo esto queda, porque sembré allí profesionalismo, servicios, porque nací con una vocación de servicio”, sigue.

Reitera que el Hotel Maruma “ha sido una escuela de mesoneros y personal de hotelería, de restaurantes, ama de llaves y todos los servicios. Me dediqué a preparar grupos de mesoneros, también chefs y cocineros, que se sembraron después en varios restaurantes de Maracaibo”.

“Muchos regresaron. Nunca los retuve”, admite.

Sobre la incorporación de sus cinco hijos a la gerencia del cinco estrellas, asevera que “venían con la escuela de su papá, les decía que era un trabajo que no era fácil, de constancia, perseverancia, superación, que si querían seguir mi línea el truco era constancia, perseverancia, profesionalismo, atención al cliente, que la compra la tenía que hacer siempre una persona interna, un socio, para que aprendiera cómo se ahorra el dinero…”.

“Los muchachos son más campeones que yo, aprendieron la lección. Superaron al maestro ‘¿Ustedes quieren triunfar más que yo?’, les preguntaba. ‘Hagan esto de esta forma. El que no sirve enséñenle, si no aprende en dos o tres veces sáquenlo”, afirma, con convencimiento.

“El servicio no se termina de aprender nunca”

Constancia, perseverancia, superación, calidad. Son palabras que también repite una y otra vez Giuseppe De Pinto. Considera que son las claves principales que permitieron que su Hotel Maruma llegara a 50 años.

Entre otras mencionó, además, la permanente innovación. “Hay que inventar constantemente, cambiar platos, hacer festivales gastronómicos, con comida más barata, pero de clase. Tener un buen chef, de renombre. Tener a los mejores y ofrecer siempre lo mejor”.

No podía dejar de hablar de otro de sus grandes logros: el imponente Palacio de Eventos de Venezuela, al lado del Hotel Maruma, inaugurado en julio de 1998. La estructura de más de 10 mil metros cuadrados y con siete niveles es el centro de convenciones más grande del país y del Caribe.

“Comencé a creer yo primero en el proyecto, porque ¿quién iba a hacer un centro de convenciones en Maracaibo? Pero, seguía pensando en que teníamos cerca un aeropuerto internacional, el segundo del país, y la zona industrial, y estábamos en la segunda ciudad de Venezuela”, rememora.

Continúa: “Tenía todas las condiciones para un Palacio de Eventos, todas las garantías para triunfar por la cantidad de servicios múltiples que ofrece y ¿qué no se ha hecho allí en más de 20 años?”.

A su gran trayectoria hotelera se sumó en 2010 otro cinco estrellas: el InterContinental Maracaibo, en la avenida El Milagro, que formó parte de la reconocida cadena internacional InterContinental, también de la compañía británica InterContinental Hotels Group, igualmente hasta 2021.

Cuando se cumplirá este lunes 24 de julio el medio siglo en funcionamiento de su Hotel Maruma, ahora operado por el Grupo Maruma, Giuseppe De Pinto insiste en lo que le llevó a lograrlo.

Expresa, sin un atisbo de arrogancia: “Lo logré, con humildad, constancia, perseverancia, con comunicación con el cliente, hablando directamente con ellos, con vocación de servicio, aprendiendo. El servicio no se termina de aprender nunca. Sin ponerle mala cara a nadie y sin ver nunca la hora de salida”.

“Así lo logré todo”, subraya.

Por enrique

Enrique López Alfonzo Editor - Director Periodista de Investigación Premio Latinoamericano de Oro 2021 Email: info@theelnews.com

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