Adán Celis. Foto The EL News
Yo pienso que de lo “otro” no deberíamos ni hablar. Si el presidente recién electo de FEDECÁMARAS le cae a trompadas o no a su esposa, ese es otro asunto. Porque está visto que en Venezuela eso tiene muy poca importancia para mucha gente. Al menos, que yo recuerde, casi nadie se metía cuando Hugo Chávez mandaba a cada rato a su segunda esposa, María Isabel, al hospital luego de propinarle unas enormes palizas presidenciales.
Tanto en un caso como en el otro, muy poca gente interviene en esa canallada. Muy pocas personas se meten en eso de reclamar justicia y buscar el rechazo colectivo en contra de quienes son capaces de llevar a cabo el más atroz y tremendo crimen que un hombre pueda cometer: ¡levantarle la mano a una mujer!
Al final, lo transcendente, dirían muchos con esas y otras malas mañas, sería que Hugo Chávez junto con sus secuaces y sus socios internacionales, acabaron con un país. Y ahora Adán Celis está proponiendo la reconstrucción de ese mismo país hecho añicos, desde las cenizas del estado benefactor que dejamos hace años atrás, haciendo borrón y cuenta nueva con todo lo que ha pasado en Venezuela.
Será por esa razón que la FEDECÁMARAS de Adán Celis le pide al trabajador y a los pocos empresarios venezolanos que han logrado sobrevivir a esta catástrofe llamada chavismo, que “empujen hacia la realidad”, que aceptemos al país que tenemos hoy por hoy y que nos acomodemos a vivir entre rufianes, como si todos fuésemos también rufianes. A ver si lo entiendo:
Los empresarios adscritos a FEDECÁMARAS que aún siguen teniendo negocios, ¿aquellos que se salvaron de la ruina de las expropiaciones sin ningún tipo de pago a cambio, de las invasiones direccionadas desde el INTI, de los robos, de las cadenas de extorsión a las cuales todos están sujetos por parte de las fuerzas armadas, policías, gobernaciones, alcaldías, el SENIAT, enchufados y cualquier pendejo con solo un poquito de poder en el régimen, tiene que reconocer, aceptar y aprender a jugar con estos delincuentes que han aniquilado a nuestro país y a toda nuestra nación, para hacer de Venezuela una potencia económica mundial? ¿Es así el asunto?
¿Ese ese el planteamiento? ¿»Aterrizar en la realidad» significa que la gente que quiera desarrollar un negocio digno y justo tiene que pasar por Miraflores o por alguno de los escalones de control del vicio y de la extorsión bolivariana antes mencionadas para poder “echar «palante» su negocio? ¿Como ocurre justamente ahora?: A la Venezuela decente no le queda otra que la de convivir con un régimen que le mete la mano en los bolsillos a todo el mundo, como lo que es: parásitos, virus letales que se llevan lo que no es suyo.
Por lo que yo, Pablo Medina, llego a alcanzar a entender que la propuesta Celis-país es algo así como: Venezuela se puede convertir en una economía productiva e internacionalmente competitiva con solo aceptar y practicar dócilmente, legalizar y legitimar sin aviso ni protesto las mismas reglas de juego con que funciona la MAFIA en cualquier lugar del mundo.
“Entenderse con todos los sectores económicos…”, como plantea Celis, debe consistir en aceptar no solo la desaparición del estado benefactor venezolano, sino también validar al estado fallido y forajido que controla Maduro junto con el resto de sus facinerosos, esas bandas que se están robando a Venezuela desde hace casi 25 años.
Con CHEVRON, las grandes operadoras de servicios petroleros que le asisten, las gigantescas empresas mineras que saquean al país diariamente, ¿no es suficiente como vitrina del “modelito” de desarrollo que Celis está tratando de vender con su FEDECÁMARAS relanzada?
¿Ese es el ejemplo vivo de lo que la FEDECÁMARAS de Adán Celis aspira a que sea la Venezuela “productiva” del futuro? Es decir: todos los negocios del mundo para la pandillita de siempre y, como siempre, que Juan Bimba se joda.
¿Por qué más bien no se enserian en FEDECÁMARAS y en el resto de las pequeñas, medianas y grandes empresas que aún puedan estar funcionando en el país, y dolarizan los salarios para darle un “bonito” ejemplo al régimen con sus empleados, funcionarios, jubilados y pensionados que también ganan ingresos de hambre en bolívares?
¡Celis, el problema en Venezuela no son las sanciones, chico: el problema, el verdadero problema que tiene Venezuela son las personas como tú, mi vale! Por eso: ¡Dios, Venezuela libre y Cese de la Ocupación!
